Estafas, revueltas, conspiraciones, asesinatos, tesoros escondidos…
Desde Mi Pedregal me voy a buscar el Tesoro de Regina (Casas de Reina, Badajoz)
Si queréis venir conmigo… Ya sabéis.
Entre los años 270 y 217 d.C, se produjo en Roma un episodio muy violento que, en cierta manera y 1800 años después, nos lleva hasta mi Pedregal.
Pero, como siempre, empecemos por el principio. Todo comienza en la ceca de Roma (lugares donde se fabrican o emiten monedas). En la época de la que estamos hablando la principal ceca estaba en Roma y desde allí se enviaban al resto del imperio.
Según cuentan las fuentes más fiables, parecer ser que en esos años se descubrió que los trabajadores de la ceca se quedaban con parte de la plata destinada a acuñar las monedas, sustituyéndolas por material de mucha peor calidad. Se han comparado con otras monedas de esa época y las fraudulentas de la ceca de Roma llevaban un 3-4% de plata en comparación con las de otras cecas, como las de Galia originales, que llevaban un 50-55%. También acortaban el tamaño de las monedas quedándose con la plata sobrante.
En esa época las monedas no circulaban de manera rápida ni fácil, por lo que en muchos lugares empezaron a surgir cecas ilegales donde se creaban monedas copiadas de las originales. Y, dependiendo de quiénes las realizasen y dónde se realizasen, tenían mejor o peor calidad. Estos motivos, entre otros, fueron una de las causas de que la moneda que circulaba en ese momento, el antoniniano, se hubiese devaluado tanto, y el emperador Aureliano empezó a sospechar que algo pasaba. Investigó y descubrió el pastel.
Estaban metidos en la estafa desde los trabajadores hasta el mismo jefe del Tesoro de Roma, Felicissimus. Cuando el emperador Aureliano se enteró del fraude mandó que dejasen de emitirse esas monedas, y que se volviesen a realizar con la plata que se les mandaba para ello (más o menos un 50% del total del material utilizado), pero eso suponía que tanto los trabajadores como el jefe perdiesen su ‘otro’ jornal, por lo que se sublevaron. Tal fue el malestar y los disturbios que el emperador mandó a sus huestes.
El jefe del Tesoro fue asesinado los primeros días de la revuelta. Unos dicen que a manos de los soldados romanos, otros que por manos amigas, algo que nunca se sabrá. En la revuelta, que no se sabe con certeza tampoco cuánto tiempo duró, murieron unos 7.000 soldados, por lo que los investigadores creen que no fue un simple alboroto entre los trabajadores, que serían unos 200, y los soldados. Tal número de bajas les hace sospechar que se involucraron senadores contrarios al emperador y la revuelta fue una lucha contra el poder de éste, ya que, después Aureliano mandó ejecutar a varios senadores. Aureliano había quitado al Senado el derecho a acuñar monedas de bronce. Fue el llamado Bellum Monetariorum o Revuelta de los Monederos.
Sofocada la revuelta la ceca fue cerrada durante tres años, ocasionando la gran reforma monetaria realizada por el emperador Aureliano para evitar que se siguiese devaluando la moneda, con el desprestigio que eso suponía.
Aunque hay historiadores que dicen que sucedió al revés, siendo la revuelta provocada por Aureliano al cerrar la ceca para realizar la reforma, y eso llevó a protestas en las calles que llevaron a una revuelta mayor. Sea como fuere la masacre se produjo.
Como os he dicho, se crearon cecas ilegales para fabricar imitaciones de las monedas originales, por lo que habían circulando por todo el imperio monedas originales, monedas con menor cantidad de plata de la debida y monedas “recortadas” (de la ceca original de Roma); monedas que eran copias de las originales itálicas realizadas con otros materiales, como el cobre, y el dibujo impreso en la moneda de peor calidad (cecas ilegales de otras provincias, sobre todo, de la Galia); monedas de copias de copias, con materiales de pésima calidad y los dibujos de las monedas casi irreconocibles (la mayor parte del norte de África).
Y en este punto de la Historia es donde volvemos a mi Pedregal.
En el sur de Extremadura, se encuentra la ciudad romana de Regina Turdulorum, en Casas de Reina (Badajoz).
Durante las excavaciones que se realizaron en ella, en 1986, enterrado junto a un muro se encontraron 820 “antoninianos del tipo Divo Claudio, acuñados en cobre”, el Tesoro de Regina. La mala señalización que se hizo de la zona cuando se encontraron, (“a unos 90 metros del inicio de la calzada”) sin especificar qué calzada era, da dos zonas claramente diferenciadas donde pudo aparecer el tesoro. Se encontraron junto al muro un número importante de ánforas, por lo que uno de los estudios realizados indica que el edificio pudo ser una taberna o una tienda, de ahí que el tesoro se le achaque a un tabernero o tendero. Las monedas fueron acuñadas a partir del 270 d.C.
Junto a las monedas se encontró también una “fíbula” (broche de hierro, bronce o algún otro material precioso que se utilizaba a modo de imperdible para sujetar prendas de vestir). La fíbula, según algunos investigadores, formaba parte de la bolsa, de material perecedero (lino o cuero) que ha desaparecido, y donde estaban alojadas las monedas. Aunque otros creen que pudo formar parte del mismo tesoro y que el propietario quiso proteger. La datación es anterior al tesoro, siendo de finales del siglo II d.C. o primeros del siglo III d.C.
Existen varias hipótesis de porqué se enterró el tesoro. Se habla de que pudieron ser retiradas de la circulación de forma intencionada si se descubrió que eran imitaciones, también que pudieron ser guardadas para ser fundidas posteriormente, o incluso que se guardaron a la espera de que pudiesen cambiarse por otras monedas tras una desmonetización legal (cambiar monedas que ya no están en curso por monedas de curso legal), si el emperador dejaba que se hiciese tal cosa, pero es algo que nunca se sabrá y que nuestro ‘tendero’ se llevó a la tumba.
A día de hoy, se contabilizan 818 monedas, por lo que dos habrían desaparecido, aunque como dice el actual director del Museo Arqueológico de Badajoz, Guillermo Kurtz, la diferencia de dos monedas se puede deber a un error en la contabilización de éstas en un primer momento.
La monedas del Tesoro de Regina tienen la mayoría de ellas en el reverso una pila funeraria o altar,
aunque en bastantes monedas aparece la figura de un águila. También en la mayoría aparece inscrito “Consecratio” (acto ritual romano por el que un mortal era elevado al estado de divinidad).
El Tesoro de Regina se llevó al Museo Arqueológico de Badajoz en el que ha estado expuesto desde 1989, casi ininterrumpidamente. Allí fueron ‘redescubiertas’ por el historiador y experto en numismática (disciplina que abarca desde el estudio a la colección de monedas y medallas), David Martínez Chico. En el estudio que realizó, y que ha plasmado recientemente en su libro El tesoro de Regina Turdulorum, llega a la conclusión, 35 años después de su hallazgo, de que es el MAYOR TESORO DE MONEDAS DE IMITACIÓN DE HISPANIA, hasta la fecha. Es la primera vez que se ha encontrado un tesoro de estas características o con esta estructura, tanto en España como en Portugal.
Éstas no son como las que salieron falsificadas de la ceca de Roma, sino que son copias de las originales itálicas, hechas principalmente de cobre. Se han encontrado algunas de tipo galo, pero ninguna de tipo africano. David Martínez distingue las monedas de la ceca de Roma, que se hicieron sabiendo que era un fraude, de estas otras, de imitación, que se crearon para aliviar la escasez que había en ciertas zonas, y eran necesarias para su supervivencia.
Hace unos años se limpiaron y se pudieron observar en todo su esplendor, pero han vuelto a oscurecerse, y así es como las podréis ver si os acercáis al Museo Arqueológico de Badajoz, donde están expuestas en la actualidad.
Al ser una excavación que sigue viva estoy segura que pronto os podré hablar de más descubrimientos.
Muchas gracias por acompañarme en este viaje por mi Pedregal… Y hasta la próxima.
P.D: Las fotografías de las monedas del tesoro clasificadas han sido tomadas del libro El tesoro de Regina Turdulorum de David Martínez Chico.
Fotografía de portada: Carole Raddato